top of page

 

LOS ISRAELITAS I

 

PUEBLO

DESCRIPCIÓN

ÉPOCA

INVENTOS/APORTES/COLONIAS-CIUDADES

ISRAELITAS

HISTORIA DEL ANTIGUO ISRAEL: La historia del Antiguo Israel abarca desde el siglo XX a. C. hasta la expulsión y Diáspora en el primer siglo de nuestra era, en un área comprendida entre el Mediterráneo, el desierto del Sinaí, las montañas del Líbano y el desierto. Se concentra especialmente en el estudio del pueblo judío en este período, y de forma secundaria de los otros pueblos que con él convivieron como filisteos, fenicios, moabitas, idumeos, hititas, madianitas, amorreos y amonitas. Las fuentes sobre este período son principalmente las escritas clásicas como la Biblia hebrea o Tanaj (conocida por los cristianos como Antiguo Testamento), el Talmud, el libro etíope Kebra Nagast y escritos de Nicolás de Damasco, Artapano de Alejandría, Filón y Josefo. Asimismo, otra fuente principal de información son los descubrimientos arqueológicos en Egipto, Moab, Asiria o Babilonia, así como los vestigios e inscripciones en el propio territorio de estudio de las regiones.     La historia de la región ocupada más adelante por los reinos de Israel y Judá ofrece problemas particulares para el historiador moderno. Debido a la asociación de esta área con lo relatado en la Biblia, hay una tendencia a ver la historia del Levante desde una perspectiva casi puramente bíblica, prestando escasa atención al período posbíblico. Los estudios arqueológicos han tendido a verse a través del relato bíblico, haciendo difícil de entender la historia de esta importante zona dentro del contexto arqueológico de la totalidad del Oriente Medio.

2000 AC - 70 DC

 

 

 

 

Algunos escritores consideran que las diversas fuentes están en conflicto, lo que convierte el estudio en un tema polémico, con implicaciones en los campos de la religión, la política y la diplomacia.     Por ello es difícil dar una visión que sea apoyada por la totalidad de los historiadores. Las fechas exactas y las precisiones que pudieran dar están en continuo debate, no hay acontecimientos bíblicos cuyo año exacto se pueda validar por fuentes externas antes del siglo IX a. C., (coronación de Omri, rey de Israel): todas las fechas anteriores son extrapolaciones. Además, la Biblia no se presta muy fácilmente a estos cálculos, no indica más referencias que la vida de los distintos personajes, y la línea histórica debe ser reconstruida agregando datos, un proceso que introduce errores por redondeo. Las fechas más antiguas utilizan la Biblia como única fuente, una visión llamada maximalista.     Los minimalistas discuten que algunos acontecimientos sucedieran, y afirman que las fechas son dudosas: si la misma existencia del Reino unido está en duda, es insustancial afirmar que se desintegró en 922 a. C. Philip Davies por ejemplo, explica cómo el Canon bíblico puede haberse realizado solamente para gente con una larga tradición en lectura y escritura, que se encuentran solamente en la última época persa o primera helenística, y afirma que los relatos de períodos anteriores son en gran parte reconstrucciones basadas en tradiciones orales.

 

 

 

 

Los minimalistas no discuten que algunos de los acontecimientos posteriores al siglo IX a. C. tengan corroboración, como la estela de Mesha; la discrepancia surge en el período anterior, donde el relato bíblico parece estar en desacuerdo con lo descubierto por la arqueología moderna.     Otro problema es el causado por diferencias sobre terminología de los periodos históricos. Por ejemplo, el período en el final de la edad antigua del bronce el principio de la media, es llamado EB-MB por Kathleen Kenyon, MB I por Guillermo Foxwell Albright, cananita medio I por Yohanan Aharoni,4 y bronce temprano IV por Guillermo Dever y Eliezer Oren.    

 

CIVILIZACIONES DE ISRAEL: El Génesis remonta el principio de Israel a tres patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob, el último también conocido como Israel y del cual derivó posteriormente el nombre de la tierra. Jacob, llamado un "arameo vagabundo" (Deuteronomio 26:5), regresó a Harán, el hogar de sus antepasados, para obtener esposa. Durante su regreso desde Harán a Canaán cruzó el Jaboc, un afluente oriental del río Jordán (Génesis 32:22-33). Enviando a su familia y criados lejos, esa noche luchó, en un lugar que se llamó en adelante Peniel, con un ángel que por la mañana le pidió su nombre. Desde entonces lo retitularon "Israel", 'el que pelea con Dios'. Fue padre de 12 hijos, de sus esposas Lea y Raquel (hijas de Labán), y de sus sirvientas Bilha y Zilpa. 

 

 

 

 

 

Los doce fueron llamados los Hijos de Israel. Esta historia sobre los orígenes de Israel lo localiza en la zona oriental de Jordania. Los siguientes relatos se trasladaron al oeste con la historia del saqueo de Siquem (Génesis 34:1-33), después de lo cual el área de la colina de Canaán se considera como la base desde la que creció Israel.     Guillermo F. Albright, Nelson Glueck y E. A. Speiser han situado este relato en el bronce medio basándose en tres puntos: nombres personales, modo de la vida, y costumbres. Otros eruditos, sin embargo, han sugerido fechas más tardías para la edad patriarcal pues estas características fueron duraderas en la vida del Cercano Oriente. Cyrus Gordon, basando su discusión en la llegada de pastores nómadas monoteistas durante el final de la época de Amarna, sugirió que es más correcto situarlo en la última edad de bronce. Juan Van Seters, basándose en el uso generalizado de camellos, en los reyes filisteos de Gerar, en la existencia de una economía monetaria y en la compra de tierra, asegura que la historia pertenece a la edad de hierro. Otros eruditos (particularmente, Martin Noth) encuentran difícil el determinar cualquier período para los patriarcas, y sugieren que la importancia de los textos bíblicos no es necesariamente su historicidad, sino el indicar cómo funcionaba la sociedad israelita durante la edad de los metales.

 

 

 

 

Más recientemente, análisis por activación de neutrones realizados por Jan Gunneweg de la Universidad Hebrea de Jerusalén, estudiando asentamientos asociados con el principio de la edad de hierro, demuestran evidencia de un movimiento de colonos en el área desde el noreste, lo que está acorde con esta historia.    

 

PREHISTORIA: Excavaciones al sur del lago de Tiberiades y en otras partes del valle del Jordán han permitido sacar a la luz rastros de homínidos que se remontaban al paleolítico inferior, o sea datadas hace más de un millón de años. Otros fósiles descubiertos tienen una edad aproximada de 300 000 años, y el uso de cuevas por el hombre parece comenzar en el Achelense superior superior. El fósil del hombre de Galilea tiene una antigüedad de cerca de 140 000 años.     Entre el undécimo milenio a. C. y el noveno se desarrolla en Canaán la civilización Natufiense, seguramente nómada, de la que se encuentran algunos vestigios. Esta civilización estaría compuesta por dos grupos de poblaciones ligeramente diferentes, por una parte los antepasados de pueblos del tipo eurafricano (los que serían Canaán, Mesopotamia, Irán y Anatolia en tiempos históricos) y los ancestros de pueblos proto-mediterráneos, también numerosos en Canaán.

 

 

 

 

A partir del IX milenio a. C. las tribus neolíticas domesticaron plantas, animales, se sedentarizaron y practicaron la agricultura y la ganadería. Entre los años 10 000 y 8000 a. C., las herramientas de hueso adquieren importancia y los útiles de piedra un desarrollo característico. Durante este período las condiciones climáticas son favorables a los asentamientos humanos, con más precipitaciones y temperaturas suaves.     A partir del séptimo milenio a. C. la ciudad de Er Riha (Jericó) se alza como una de las más antiguas del mundo, es la época en que se constituyen las primeras ciudades. Durante el último cuarto de este milenio aparece la cerámica, así como otras formas de artesanía.     Canaán del VI y de la primera mitad del V milenio a. C. se conoce mal, se suponen desplazamientos de población que pueden ser debidos a variaciones climáticas. Tanto las montañas como la región costera están ocupadas por una civilización de carácter forestal, como da prueba el predominio de instrumentos destinados al trabajo de la madera.    - A mediados del quinto milenio a. C. los antiguos asentamientos del valle del Jordán, como Jericó, fueron ocupados de nuevo debido a la mejora de las condiciones climáticas.    - Al final del V milenio Canaán alcanzó un nivel de desarrollo económico y cultural que le acercaba al de las civilizaciones del norte de Siria que se habían beneficiado antes de influencias mesopotámicas.

 

 

 

 

IV milenio a. C.: La civilización cananea se organizó con un sistema de ciudades-Estado, fruto de la fusión entre agricultores sedentarios y pastores seminómadas.     - En la primera parte del milenio llegaron desde el norte las técnicas metalúrgicas y el trabajo del marfil. Aparecieron estructuras técnicas y económicas adaptadas a las regiones secas: allí se instalaron pequeñas colectividades que vivían del cultivo de cereales y de la cría de ganado mayor y menor.     - En la segunda mitad del IV milenio comienza la influencia egipcia sobre la región.     - Hacia el final, la civilización de los agricultores y ganaderos desaparece sin que sea posible establecer vínculos con la formación de la civilización cananea del III milenio a. C. Hasta 2400 a. C. el clima fue un poco más húmedo que hoy día.     El comienzo de intercambios entre Canaán y Egipto gracias al Camino de los Reyes que cruzaba el desierto de Sinaí, hacia el final del IV milenio adC., es un acontecimiento de primera importancia ya que hasta entonces Canaán había sido un "callejón sin salida" sujeto solamente a influencias asiáticas. Estas relaciones tomaron una amplitud considerable, gracias a la utilización de bueyes como animales de tiro, capaces de cruzar los aproximadamente 200 kilómetros de casi desierto que separan el sur Cananeo del delta del Nilo. 

 

 

 

 

Por lo tanto, el Levante comienza a desempeñar el papel de zona de paso, donde se cruzaban las influencias, y a menudo las armas, de los grandes imperios de Egipto y el Oriente Próximo asiático.     El III milenio a. C. es el de la civilización cananea que se extiende hasta tiempos históricos. Aunque la escritura no aparezca en la región antes de la segunda mitad del segundo milenio, habida cuenta del estado de superproducción, centralización y redistribución de los excedentes alimentarios, los historiadores consideran que este nuevo orden económico, social y político señala la entrada en la historia en el transcurso del III milenio. Debido a los intercambios con Egipto, la región se desarrolla y se enriquece, especializándose en el comercio de cerámica, mientras numerosas ciudades se desarrollan y consolidan.    

 

PERIODO CANANEO:

Del III milenio al siglo XVI a. C.: Los historiadores consideran generalmente que el período cananeo se extiende desde el principio del III milenio a. C. hasta el final del siglo XVI a. C.     Al final del III las poblaciones seminómadas cruzaron el Jordán y penetraron en Canaán, causando el hundimiento de las estructuras socioeconómicas existentes: se destruyeron y abandonaron las ciudades, y la economía volvió a la ganadería.

 

 

 

 

 

A partir del siglo XIX a. C. comenzó un aumento de los asentamientos permanentes y una disminución del número de tribus, pero permaneciendo aún muy cerca de la organización tribal. Este período durante el cual los desplazamientos entre Asia, desde Mesopotamia, y Egipto eran intensos, corresponde a un momento de agitación interno que sirvió de preludio a la invasión de Egipto por los hicsos (Príncipes de los países extranjeros). Durante este mismo período, las ciudades cananeas comenzaron a rodearse con murallas. La existencia de la ciudad cananea de Ourousalim (Jerusalén) se certifica en escritos que datan del siglo XXI a. C.     Los ataques e infiltraciones repetidos abrieron a los hicsos el camino hacia la parte oriental del delta del Nilo, donde se instalaron e hicieron de Avaris su capital en el siglo XVI a. C. En esta época, Canaán, parte de un imperio colocado bajo la autoridad de Avaris, alcanzó un nivel de civilización notable: potentes fortificaciones rodeaban las residencias de los reyezuelos cananeos, en guerra permanente unos contra otros y que recurrían a los carros de guerra arrastrados por caballos. Las desigualdades sociales se muestran claramente: Se construían espaciosas residencias que contrastaban con los cuchitriles que sus contemporáneos ocupaban. Las tumbas, cavadas en la roca, eran sepulturas generalmente familiares; armas y joyas de buena calidad acompañaban los restos de los difuntos afortunados.

 

 

 

 

En el ámbito de la cerámica, las formas imitan al metal. Se ve extenderse por la región una alfarería hicsa: negra, pulida e incrustada de pasta de caliza blanca, así como trabajos sobre marfil de gran calidad; también son reputados los cananeos del norte (proto-fenicios) por el tinte en púrpura.     - Hacia 1850 a. C. la ciudad de Ascalón se convirtió en capital de un reino y en puerto muy activo sobre el Mar Mediterráneo, desde donde se exportaban los productos del interior. Rodeada de una muralla de 2 km de circunferencia, la ciudad debía contar con cerca de 15 000 habitantes.     - En esta época comienza la migración de las tribus de Israel hacia Canaán, posiblemente desde el sur de la región caucásica. No existe documentación histórica verificable. Según el Antiguo Testamento, es el periodo correspondiente a Abraham, Isaac y Jacob, que abarcaría hasta 1650 a. C. aproximadamente.     - Completando la liberación nacional emprendida por los faraones de la décimo séptima dinastía, Amosis I se apoderó de Avaris y expulsó a los hicsos hasta Asia. Así pues, hacia mediados del siglo XVI a. C. Egipto conquistó Canaán donde el protectorado egipcio se mantuvo durante tres siglos y medio, durante los cuales la situación internacional sufre numerosas modificaciones: los conflictos con los hititas y las frecuentes rebeliones de los beduinos acampados en el Negev y Sinaí implicaron destrucciones, saqueos, y deportaciones.

 

 

 

 

DOMINACIÓN EGIPCIA: En el Génesis se relata cómo algunos de los descendientes de Israel se convirtieron en esclavos egipcios. Se han dado varias explicaciones para relatar las circunstancias bajo las cuales esto ocurrió, algunos historiadores creen que pudo haberse debido al cambio de las condiciones políticas en Egipto: en 1650 a. C. el norte de Egipto fue conquistado por tribus de un pueblo llamado Hicso por los egipcios, al parecer una mezcla de semitas y de hurritas. Los hicsos fueron expulsados por Amosis I (1550 - 1525 a. C.), el primer faraón de la décimo octava dinastía con la que comienza el Imperio Nuevo. Amosis destruyó la capital de los hicsos en Avaris y sus sucesores conquistaron la ciudad de Saruhen (cerca de Gaza), y destruyeron confederaciones canaanitas en Megido, Hazor y Qadesh. Tutmosis III (1504 a. C. al 1450 a. C.) estableció el imperio de Egipto sobre el occidente del Cercano Oriente, derrotando a la confederación cananea en Megido y tomando la ciudad de Joppa, trasladando la frontera desde el Sinaí a la curva de Éufrates, logrando la máxima extensión territorial en la zona. (No son pocos los eruditos que lo mencionan como el emperador del Éxodo).     El dominio egipcio se mantuvo en la región de Canaán (zona en la cuál debían emerger Israel y Judá) hasta el reinado de Ramsés VI, quien reinó cerca 1150 a. C.Cronología aproximada:

 

 

 

 

1440 a. C.: Reinado de Amenhotep II (circa 1450-1424 a.C.), durante el cual se encuentra en los textos egipcios la primera mención del pueblo Habiru (posiblemente hebreos). La evidencia recientemente descubierta parece indicar que muchos habirus hablaban hurrita; posiblemente era una casta social más que un grupo étnico, e incluso pueden haber estado incorporados en los grupos tribales de los primeros israelitas.    

 

Circa 1400 a. C.: Primera mención a los shasu en expedientes egipcios encontrados en el sur del Mar Muerto. Shasu es un nombre que contiene un grupo yavista, aunque la inscripción egipcia de Amenhotep III, en el templo de Soleb, "Yhw en la tierra del Shasu", no utiliza el determinativo para un dios ni para la gente, sino para el nombre de un lugar.    

 

1350-1330 a. C.: La correspondencia de Amarna da cuenta detallada de las cartas intercambiadas durante el período de dominación egipcia en Canaán durante el reinado de Akenatón. Los alcaldes locales, tales como Abdi Khepa de Jerusalén y Labaya de Siquem, eran delegados del faraón, y actuaban en su favor. Akenaton les informa de haber enviado a la región a un regimiento de Medjay (Nubia) para mantener orden. En este período comienza la expansión hitita en el norte de Siria, y se conoce la propagación de una epidemia en la región.

 

 

 

 

1300 a. C.: Algunos comentaristas de la Biblia calculan el nacimiento de Moisés alrededor de esta fecha. Pero otros lo colocan antes del 1500 a.C.

 

1292 a. C.: Comienza la Dinastía XIX con el reinado de Ramsés I. Ramsés II (1279-1213) firmó un tratado con los hititas después de cederles el norte del Levante. Condujo una campaña a través del territorio que más tarde sería Israel, después de la rebelión de los shasu que siguió a la batalla de Qadesh, estableciendo una guarnición egipcia en Moab.

 

Circa 1200 a. C.: El imperio hitita de Anatolia fue conquistado por tribus llegadas del oeste. Los cananeos de la costa norte, (llamados posteriormente "fenicios" por los griegos) pudieron haber sido desplazados temporalmente, pero regresaron tras la marcha de los invasores que no se asentaron en el lugar.

 

1187 a. C.: Invasión de Egipto por los Pueblos del Mar. Entre ellos estaba un grupo llamado P-r-s-t (primero registrado por los egipcios como P-r/l-s-t) identificado generalmente con los filisteos. Aparecen en una inscripción del templo construido por Ramsés III en Medinet Habu, donde describe su victoria contra los pueblos del mar. Los estudiosos de la biblia del siglo XIX identificaron la tierra de los filisteos (Filistea o Plesheth, con el significado hebreo de "invasores") con Palastu y Pilista de las inscripciones asirias, según el diccionario de la Biblia de Easton (1897). Otros grupos además de los filisteos eran los tjekker, dananeos y shardana.

 

 

 

 

El contraataque de Ramsés III destruyó la mayoría de los sitios cananeos. El mismo faraón permitió más adelante a los filisteos y tjekker, y posiblemente también a los dananeos, reconstruir las ciudades del camino costero, llamadas en el Éxodo el Camino de los Filisteos, nombre que se utiliza para denotar la región costera habitada por este pueblo. Las cinco ciudades filisteas principales eran Gaza, Ashdod, Ekron, Gath, y Ascalón. La arqueología moderna sugiere intercambios culturales con Micenas. Aunque los filisteos adoptaron la cultura y la lengua local cananea antes de dejar cualquier texto escrito, se achaca un origen indoeuropeo para las pocas palabras filisteas conocidas.

 

1150 a. C.: Problemas internos de Egipto conducen a la retirada de las guarniciones egipcias asentadas en Bet She'an, en el valle del Jordán, Megido y Gaza, durante el reinado de Ramsés VI.     El Éxodo de Egipto de los israelitas y su cronología están en permanente debate. Kenneth A. Kitchen cree que ocurrió en el reinado de Ramsés II debido a las ciudades egipcias nombradas en el libro del Éxodo: Pithom (Pi-Atum) y Rameses. La evidencia de una presencia israelita en Canaán no se encuentra hasta seis años después de la muerte de Ramsés II, en la Estela de Merenptah, en una inscripción realizada por ese faraón sobre su campaña militar en tierras de Canaán hacia 1210 a. C.

 

 

 

 

El período entre el final de la décimo octava y principios de la vigésima dinastía fue particularmente confuso. La Biblia especifica que los israelitas salieron de Egipto 480 años antes de que el rey Salomón construyera el Templo (1ª Re 6:1). Esta construcción data aproximadamente del año 970 a.C. por lo que la fecha aproximada para el Éxodo resulta ser 1450 a.C. y ello refuerza las hipótesis de que Tutmosis III fue el "faraón del éxodo".     Documentos egipcios registran la ocupación de altos cargos de la corte por asiáticos y la destrucción por éstos de varios templos. El sirio Bay (Ay) usurpó temporalmente el poder real desde el puesto de Visir, y la reina Tausert, madre del faraón Siptah, sustituyó a éste a su muerte como reina-faraón hasta que Setnajt se hizo con el trono y acabó con el caos. Estos acontecimientos pueden falsear las fechas que relató Osarsep, un sacerdote de Osiris en Heliópolis fuente de la Aegyptiaka de Manetón divulgada más tarde por Flavio Josefo.

 

PROBLEMAS CON LA CRONOLOGÍA BÍBLICA: El total de los reinados de los reyes de Judá entre el cuarto año del reinado de Salomón, cuando se supone que construyó el Templo, y la destrucción de Jerusalén en 586 a. C., da 430 años.     Dado que Salomón reinó aproximadamente desde el año 970 a.C, la edificación del Templo queda fijada alrededor de esa fecha. Esto sugeriría que la edificación del Templo ocurrió cerca del año 967 o 966 a. C.

 

 

 

 

 

Según la Biblia (Reyes 6:1), entre esa construcción y el éxodo habían trancurrido un total de 480 años, lo que da la fecha de 1447 a. C. aproximadamente para el éxodo, acercándolo sugestivamente al final del reinado de Tutmosis III. Según Éxodo 12:40, el destierro en Egipto había durado 430 años, con el resultado que la llegada de los israelistas al Nilo debería haber ocurrido en el reinado de Sesostris I, que comenzó hacia 1920 a. C. Agregando las largas vidas de Abraham, Isaac y Jacob, habría que fechar la llegada de Abraham a Canaán en el 2141 a. C., y la llegada a Egipto en 2116 a. C., durante la décima dinastía cuya capital estaba en Heracleópolis Magna. La "servidumbre" en Egipto habría ocupado el período entre las dinastías XII a la XVIII.     Como en Números 32:13 se asignan 40 años a vagar por el Sinaí, las conquistas de Josué deben haber ocurrido durante el reinado de Amenofis II, cuando todo Canaán estaba en poder de Egipto pero los egipcios “habían conocido el poder del Dios hebreo Yahvé” [“Luego que me cubra de gloria a expensas del faraón y sus guerreros, los egipcios sabrán que soy el Señor” (Éx 14:18)] (por lo que desde el desastre del ejército egipcio ya no los habrían vuelto a perseguir, porque las proezas del Dios de Israel se difundieron profusamente, incluso entre los filisteos (1ª Sam 4:8; 6:6).

 

 

 

 

Luego de la caída de Jericó [que ocurrió, tal como lo revelaron los trabajos del arqueólogo británico John Garstang, cerca del 1410 a.C.], el período de los Jueces se extendería hasta circa del 1010 a. C., siendo luego reemplazados por el período monárquico del rey Saúl. Desafortunadamente las fuentes egipcias no dicen nada sobre Israel, Josué o sus sucesores, y la Biblia no dice nada sobre los Amenofis, Tutmosis o Ramsés de este periodo.

 

LA CONQUISTA DE CANAÁN: Claramente, el proceso de la infiltración israelita en Canaán es más complicado que lo narrado en la Biblia. El patrón del establecimiento y la génesis de Israel como pueblo fue un proceso complejo que implicaba principalmente a grupos nativos de pastores de Canaán (quizás incluyendo habiru y shasu), con una cierta infiltración de grupos exteriores, tales como hititas y arameos del norte así como grupos meridionales de shasus tales como los keinitas, alguno de lo cuales puede haber venido de otras zonas controladas por Egipto. Cuando Israel conquistaba Canaán, Egipto estaba nominalmente en control de la región.     Genéticamente, los judíos demuestran tener conexiones con el pueblo kurdo y otros grupos del norte de Irak, sugiriendo ésta como el área de la cual la mayoría de sus antepasados vinieron originalmente, un hecho confirmado arqueológicamente a partir del período Khirbet Kerak, período medio de la Edad del Bronce, con la expansión de los hurritas (horreos en el Tanaj), y con la de los shasu (= egipcio) y de ahlamu (= en acadio asirio, arameos) al principio de la Edad del Hierro.

 

 

 

 

 

Según la Biblia, tras salir de Egipto, los israelitas vagaron por el desierto durante una generación, para invadir luego la tierra de Canaán destruyendo ciudades cananeas, como Ai, Jericó y Hazor bajo las órdenes de Josué. Sin embargo, este hecho también se lo adjudica Ramses II que asegura haber conquistado Canaán y destruido Jericó y otras ciudades circa 1200 a. C., a pesar del hecho de que Ai y Jericó parecen haber estado deshabitadas en este tiempo, desde que habían sido destruidas cerca del 1400 a. C. Muchos otros de los sitios mencionados en el Libro de Josué también parecen haber estado abandonados en el 1200 (fecha sugerida por Mattfield como la más probable para el Éxodo), pero estaban ocupados en el siglo VII a. C.. Otros grupos podían haber desempeñado un papel protagonista en la destrucción de centros urbanos durante la última edad de bronce, como los pueblos del mar, entre los cuales estaban los filisteos y los mismos egipcios, que invadieron la zona muchas veces. Las guerras entre las ciudades-estados vecinas han desempeñado probablemente un papel importante.

 

Periodo de los Jueces: Si los israelitas regresaron a Canaán hacia el 1400 a. C., ésta era una época en que los grandes poderes de la región estaban concentrados entre Egipto y los ascendientes Hititas.

 

 

 

 

 

Si los israelitas regresaron a Canaán hacia el 1400 a. C., ésta era una época en que los grandes poderes de la región estaban concentrados entre Egipto y los ascendientes Hititas. Posteriormente, hacia el año 1200 a.C. fue la época de los "pueblos del mar", en la que filisteos, tjekkers y posiblemente dananeos se instalaron a lo largo de la costa desde Gaza en el sur a Joppa en el norte. El Oriente Medio parecía vivir en una edad oscura, de la que tardó siglos en salir. La recuperación parece que comenzó en las ciudades comerciantes del área filistea, siguiendo hacia el norte, a las fenicias antes de avanzar hacia las zonas interiores, las colinas de Judea y Samaria (que recibirían los beneficios del comercio recién a finales del Siglo X a.C.).     En sus ataques iniciales bajo Josué los hebreos ocuparon la mayoría de Canaán, que repartieron según las líneas familiares tradicionales derivadas de los hijos de Jacob y de José (las tribus de Israel). No había ningún gobierno formal, y el pueblo era guiado por los jueces.     Los Jueces eran los líderes carismáticos de su tiempo, personas inspiradas por el Espíritu Santo (Jue 3:10; 6:34; 11:29; 13:25; 14:6,19; 15:14,19). Eran los pastores del pueblo que generalmente pertenecían a las familias más importantes de sus tribus .(2ª Sam 7:7).     En este tiempo, el nombre "Israel" se mencionó por primera vez en una fuente arqueológica contemporánea, la estela de Merenptah.

 

 

 

 

ORÍGENES DE LA MONARQUÍA: Hacia el Siglo XI a.C, los hijos de los sacerdotes-Jueces tomaban “lo mejor de las ofrendas para sí mismos”. Se daban a la avaricia, el soborno y pervirtieron el derecho (1ª Sam 2:14; 8:3). Asimismo Trataban con desprecio la ofrenda del Señor (1ª Sam 2:17). La cohesión israelí y la protección que Dios brindaba a esa nación dependía de "seguir el camino del Señor", por lo cual iban camino a la disolución.     Al mismo tiempo la prosperidad volvió a la región al final de la edad de bronce, se recuperó el comercio con Egipto y Mesopotamia, y se abrieron nuevas rutas comerciales, desde Cadesh-Barnea al sur, de Hebrón, Jerusalén y Lakís en Samaria, a Siloé, Siquem y a través de Galilea, a Megido y todo el valle de Jezreel. Esta ruta amenazaba el monopolio comercial de los filisteos, que intentaron dominarla tanto directamente, con una intervención militar contra las tribus de Israel, como indirectamente, promoviendo a mercenarios a posiciones de poder como los Achish de Gath, posteriores aliados de David.     Según lo permitido en el capítulo 7 del Deuteronomio, Israel decidió elegir un rey para luchar con eficacia (I Samuel 8:6, 20) contra la amenaza de sus vecinos. Según los libros de Samuel, el último de los jueces, la nación pidió un rey porque los hijos de Elí (El sumo sacerdote de la época), que habían sido designados como jueces, emplearon mal su cargo.

 

 

 

 

Aunque él intentó disuadirlos, los israelitas estaban resueltos, por lo que Saúl ben Qish, de la tribu de Benjamín, fue ungido como rey por Samuel. Desafortunadamente no se ha encontrado ninguna evidencia independiente sobre la existencia de Saúl, aunque el primer período de la Edad del Hierro era una fase de expansionismo filisteo, lo que está de acuerdo con el relato bíblico.

 

ISRAEL SE CONVIERTE EN REINO: El Reino de Israel (en hebreo: מַלְכוּת יִשְׂרָאֵל, Maljut Yisraeil) abarcaba en la época de máxima expansión una extensión muy superior a la del actual estado de Israel, ya que se extendía del sur del Líbano a la península del Sinaí y del mar Mediterráneo al río Jordán, según las descripciones de Samuel.     Las controversias aparecen constantemente: Según Finkelstein y Silberman, en la época de los reinados de David y Salomón Jerusalén parece estar despoblada o con solo unos cientos de habitantes: insuficientes para gobernar un imperio que abarcase desde el Éufrates a Eilath. Aseguran que la primera referencia independiente para el Reino de Israel es de 890 a. C., mientras que para el de Judá es aproximadamente 750 a. C. Sugieren que, debido a los prejuicios religiosos, los historiadores posteriores (es decir, los autores bíblicos) suprimieron los logros de la dinastía de Omrí (que la Biblia describe como politeístas) achacándolos a una supuesta edad de oro de los gobernantes monoteístas.

 

 

 

 

1020 a. C.: Los Israelitas quedan bajo el reinado de Saúl: El reinado de Saúl fue corto, gobernó relativamente pocos años y fue acusado de corrupto, aunque algunos manuscritos antiguos dan la cifra de 40 años (cf. Nuevo Testamento, que le da un reinado de cuarenta años); aunque basándose en el número de las batallas que se le atribuyen, es probable que reinase veintidós años. Murió en batalla contra los filisteos; (combate de Gilboá) batalla en la que David no participa, pues, siendo perseguido, tuvo que refugiarse al lado de un líder filisteo (Aquis).     Según las fuentes, David y Saúl se habían convertido en enemigos, por lo menos desde el punto de vista de Saúl. Las fuentes describen a Jonatán, hijo de Saúl, o bien a Michal, su hija, (fuente anti-monárquica y monárquica respectivamente) como quien ayudó a David a escapar de Saúl, aunque asumiendo la reconciliación antes de su muerte.     David ya había sido "ungido" como rey por Samuel (antes de la muerte de Saúl), pero un heredero, Ishbaal ben Saúl, asumió el control de Israel. Este gobernó solamente dos años antes de que lo asesinaran.

 

1007 a. C.: David como rey de Judá:  David se convirtió en rey (pero únicamente de la tribu sureña: Judá). Gobernaría desde la ciudad de Hebrón durante siete años, para recién después ser designado rey de toda la nación (Israel y Judá).

 

 

 

 

David como rey de Judá:  Cierto número de críticos y eruditos bíblicos han sugerido que David consiguió esa ansiada unificación de las 12 tribus con base en su carisma, pero lo que realmente parece legitimarlo es su férrea determinación de hacer cumplir la Ley de Yahvé (Jehová). [Los líderes de las tribus le dijeron: “hueso y carne tuya somos” (2ª Sam 5:1-3)].     El líder judío sería –con su valentía y piedad- el unificador de las tribus israelitas. Consiguió también hacer de Jerusalén la capital de la nación y algo largamente añorado por los fieles: recuperar y traer el Arca de la Alianza (cuyo culto había perdido intensidad en tiempo de los Jueces ) (Jos 7:6; 2ª Sam 6:2) De acuerdo a las Escrituras, en la segunda mitad de su reinado aparecen desvíos, algunos crímenes y ciertas conjuras que culminan con Absalom, hijo de David, propuesto como nuevo rey. La Biblia entonces describe como un gran sector del pueblo se rebela y asume el control de Judea, forzando a David al exilio al este del Jordán.     Según Samuel, David lanzó un contraataque y triunfó, aunque con la pérdida de Absalom, su hijo. Reconquistada Judea, y afirmado el control sobre Israel, David regresa al oeste del Jordán, aunque continúa sufriendo rebeliones por parte de Israel, superando con éxito cada una.

 

 

 

 

1000 a. C.: David reina en Jerusalén: Según las escrituras, David emprendió campañas militares contra los enemigos de Judá e Israel, y derrotó a enemigos tales como los filisteos, amonitas y arameos, consiguiendo así que las fronteras permanecieran seguras, aunque sufrió la sublevación de su hijo Absalom, erigido como rey en Hebrón, que fue derrotado y muerto por las tropas de David. Tras arrebatar Jerusalén a los jebuseos, trasladó a esta ciudad fortificada la corte, que estaba en Hebrón, y el Arca de la Alianza, que se encontraba en Quiryat Yearim.     Bajo su gobierno, Israel pasó de reino a imperio, y su esfera de influencia militar y política en el Oriente Medio se amplió, controlando a estados más débiles como a los filisteos, Moab, Edom, Ammon, y convirtiendo en vasallas a algunas ciudades-estados arameas (Aram-Zobah y Aram-Damasco). Las fronteras iban del mar Mediterráneo al desierto árabe, del mar Rojo al río Éufrates. Algunos arqueólogos modernos, aunque minoritarios, creen que el área bajo control de Judá e Israel en esta época, excluyendo los territorios fenicios en la costa mediterránea, no excedía de 34.000 km²; de éstos, el reino de Israel abarcaba cerca de 24.000 km².

 

 

 

 

Sin embargo, La interpretación de la evidencia arqueológica sobre el alcance y la naturaleza de Judá y Jerusalén en el siglo 10 antes de Cristo es un tema de intenso debate. Israel Finkelstein y Zeev Herzog de Universidad de Tel Aviv piensa que el registro arqueológico no apoya la opinión de que Israel en ese momento era un estado importante, sino más bien un pequeño reino tribal. Finkelstein dice en suLa Biblia desenterrada(2001): "[O] n la base de estudios arqueológicos, Judá se mantuvo relativamente vacía de población permanente, muy aislados y la derecha muy marginal hasta después de la hora prevista para el David y Salomón, sin grandes centros urbanos y sin jerarquía pronunciada de caseríos, aldeas y ciudades. De acuerdo con Zeev Herzog "la monarquía unida de David y Salomón, que es descrito por la Biblia como un poder regional, era a lo sumo un pequeño reino tribal ". En el otro [[William G. Dever |] William Dever], en su ¿Qué hicieron los escritores bíblicos y que sabían?, sostiene que la evidencia arqueológica y antropológica apoya el relato bíblico amplia de un Estado de Judea en el siglo 10 antes de Cristo. Encuestas de la superficie se encuentra destinada a la localización y cambios en los patrones de asentamiento de población han demostrado que entre los siglos 16 y 8 a. C., período que incluye los reinos bíblicos de David y Salomón, toda la población de la región montañosa de Judá, no era más que unos 5.000 personas, la mayoría de ellos pastores errantes, con la zona urbanizada toda consta de una veintena de pequeños pueblos.

 

 

 

 

965 a. C.: Reinado de Salomón: A la muerte de David le sucedió su hijo Salomón, que obtuvo el reino sobre su hermano mayor, Adonías, a quién tuvo que eliminar más adelante. El reinado de Salomón trajo una paz sin precedentes.     Tanto David como Salomón firmaron alianzas con el rey Hiram I de Tiro, y a cambio de la entrega de tierras llegaron en gran número artesanos, trabajadores expertos, dinero, joyas, madera de cedro y otras mercancías. El palacio de David y el templo de Salomón se suponen construidos con la ayuda de recursos tirios y gracias a sus arquitectos, como Hiram.     Salomón reconstruyó gran número de ciudades importantes, como Megido, Hazor, y Gazer (ésta ha sido excavada por arqueólogos, y se han descubierto grandes construcciones, como los establos para los caballos de Salomón, junto con fuentes para abrevaderos).     Emprendió numerosas obras arquitectónicas, entre las que destaca por encima de todas la construcción del Templo de Jerusalén como asiento para el arca de la Alianza; también levantó un palacio y realizó obras públicas como un terraplén que unía el templo con la ciudad de Jerusalén.     Reinó durante 40 años, durante los cuales pudieron ‘formar un pueblo’, tener prosperidad, y vivir ‘siguiendo los preceptos del Señor’ (1ª Re 3:20, 8:25). 

 

 

 

 

Salomón había obtenido Sabiduría –la cual estaba basada en Seguir los mandamientos de Dios- (Sal 119:98,104 –ver 1ª Re 2:2; Job 28:28-). Durante ese período, la seguridad interna y el control de las vías de comunicación facilitaron la expansión del comercio, lo cual incrementaba la prosperidad aunque se acercaba peligrosamente al modo de vida de los cananeos (que la Ley de Yahvé repudiaba) . Mantuvo relaciones con Ofir y Saba.     Llegó a ser el rey más rico de todos (1ª Re 9:26; 10:4). Pero en la última etapa de su reinado, la corrupción iba en aumento; la corte y la burocracia se expandían (1ª Re 4; 11:3). En la conclusión de las transacciones con el rey Hiram I de Tiro demostró no ser justo, sino que trató de sacar ventajas (1ª Re 9:12-14). En medio de una vida suntuosa permitió el ascenso de muchos sacerdotes que eran indignos (2ª Re 23:13, 5). Era evidente que los inconvenientes no tardarían en surgir.     A la muerte de Salomón circa 926 a. C., dejando como heredero a su hijo Roboam, las tensiones entre el norte de Israel (que contenía las 10 tribus norteñas), y la sección meridional con las tribus de Judá y Benjamín con capital en Jerusalén, alcanzaron un punto de crisis. Cuando en 920 a. C. Roboam desoyó las quejas económicas, Israel quedó partido en 2 reinos: el de Israel (incluyendo Siquem y Samaria) en el norte y el de Judá (con Jerusalén) en el sur; la mayoría de las provincias no-hebreas se separaron.

 

 

 

 

El reino de Israel, al norte, se mantuvo como estado independiente desde el año 930 a. C. hasta el 722 a. C., cuando fue conquistado por el imperio asirio. El reino de Judá, existió hasta el 586 a. C., cuando fue conquistado por el imperio babilónico.

 

 

 

bottom of page