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Renacimiento Sumerio |
Generalidad: El Renacimiento sumerio es un período de la historia de Mesopotamia que comprende los años entre la caída del Imperio acadio y el período de las dinastías amorritas de Isín y Larsa —ambos con gobiernos de origen semita—, entre los siglos XXII a. C. y XXI a. C. Dentro de esta etapa destacan los años de la llamada Tercera Dinastía de Ur o Ur III, por darse en estos una nueva hegemonía que abarcaría toda Mesopotamia, esta vez con la ciudad de Ur a la cabeza.
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2.192 a 2004 AC Aproximadamente |
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Historia Sumeria al final del Imperio Acadio: Tras la caída del Imperio acadio las ciudades sumerias recuperaron la independencia. Pese a la irrupción de los nómadas gutis, que provocaron continuos saqueos, arrasaron ciudades y campos y dificultaron el comercio, el fin del imperio no trajo la decadencia, al menos en la zona sur de Mesopotamia. Las distintas ciudades se organizaron en pequeños reinos. La propia Agadé, anterior capital imperial, mantuvo un pequeño Estado en los territorios próximos a ella, el cual sobrevivió durante 30 años, hasta que fue conquistado por los nómadas. Posteriormente, se supone una hegemonía de Uruk porque así se nombra en la lista Real Sumeria, pero aparte de los nombres de la lista no hay ningún dato más para afirmarlo o negarlo. De este período, la historia que mejor se conoce es la de Lagash: Primero se conocen los nombres de los ensi, vasallos de los sargónidas de Acad: Kikuid contemporáneo de Rimush, Engilsa contemporáneo de Manishtushu, Ura contemporáneo de Naram-Sin y Lugalshumgal contemporáneo de Naram-Sin y Sharkalisharri. Después, se sabe de una serie de gobernadores que podrían haber estado subordinados a Uruk: Puzurmama, Urutu, Urmama, Lubau, Lugula y Kaku. Tras ellos la ciudad consigue la hegemonía en la región, en la que se denomina Segunda Dinastía de Lagash: Urbaba, Gudea, Urningirsu, Pirigme, Urgar y Mammakhani; que representan una sucesión familiar continuada (de padre a hijo o de suegro a yerno). Urbaba (2164 a. C. a 2144 a. C.) fue el primero de los monarcas que ejerció la hegemonía; su hija Enanepeda fue nombrada sacerdotisa de la diosa Nannar en Ur, lo que puede indicar que dominaba en esta ciudad. Durante el reinado de Gudea, consta el dominio de Lagash sobre Nippur, Adab, Uruk y Badtibira.
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Historia Sumeria al final del Imperio Acadio: Pese a que durante su reinado, Lagash realizó una expedición de conquista sobre Elam, se considera que Gudea fue un rey relativamente pacífico, más interesado en el comercio que en la conquista. Así, en una inscripción se celebra que consiguió reabrir el comercio «del mar superior al mar inferior» (del Mediterráneo al golfo Pérsico) y se sabe que mantuvo contactos comerciales con las áreas madereras de las actuales Siria y Líbano; conMagan, en el actual Omán, y con el valle del Indo, de donde se obtuvo diorita, cobre y oro. Todos estos materiales se emplearon en la elaborada escultura característica de este período, de la que destacan las numerosas figuras del monarca. Estas esculturas estaban diseñadas especialmente para decorar los templos, que vivieron importantes reconstrucciones durante el reinado de Gudea. De estas construcciones destacan los templos de Ningirsu (cuyas ruinas se perdieron en las primeras excavaciones) y de Nanshe, el cual, según una inscripción, Gudea emprendió tras una aparición divina en sueños. La prosperidad continuó con los reyes Urningirsu y Pirigme. Durante el período posterior fue Uruk, con el reinado de Utu-hegal quien obtuvo una posición predominante. El nuevo monarca venció al jefe de los nómadas gutis, Tiriqan, que fue tomado prisionero, tras lo cual se nombró «rey de las cuatro regiones». Utu-hegal fue sucedido por Ur-nammu, el cual no se sabe si pertenecía a su dinastía o fue un usurpador. Se ha especulado que podría tratarse de su hermano. El nuevo rey se esforzó por hacer realidad el título que había heredado; atacó las ciudades vecinas y conquistó Nippur, Uruk, Larsa, Ur, Eridu y Lagash, cuyo rey Nammahni fue muerto. Tras esto, decidió trasladar la capital de su Estado desde Uruk a Ur, fundando una nueva dinastía; la III dinastía de Ur. El motivo de este traslado no está claro, aunque es posible que Ur-Nammu hubiese sido gobernador de esta ciudad antes de recibir el trono de Uruk. |
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Historia tercera dinastía de UR: Ur-nammu se dio a sí mismo el título de «rey de Sumer y de Acad», si bien no se conocen con precisión los límites de sus dominios. Se han encontrado inscripciones suyas en numerosas ciudades sumerias —Nippur, Lagash, Uruk, Larsa, Eridu y Ur— e incluso en curso alto del río Diyala, pero ninguna en Acad, por lo que es posible que el título fuese más honorífico que real. Durante su reinado se realizaron reformas: se redactó el llamado código de Ur-nammu, se unificó la jurisprudencia, se fijó la equivalencia entre las diferentes monedas existentes, se abrieron canales y se reconstruyeron los templos. Su hijo y sucesor Shulgi, consolidó el reino durante sus 48 años de gobierno. Los primeros 23 años de su reinado se centró en tareas administrativas: introdujo como medida de volumen el gur (200 litros), reconstruyó numerosos templos, reformó el ejército creando un cuerpo de arqueros y restauró la ciudad de Der, en los límites orientales del imperio. Fue en esta frontera donde Shulgi tendría que afrontar los primeros conflictos. Durante cuatro años se enfrentó a los pueblos seminómadas que habitaban los montes Zagros al sur del Zab inferior. Buscando el apoyo de Elam en el conflicto, Shulgi casó a su hija con el gobernador de Anshan. La diplomacia fracasó, y cuatro años después el imperio de Ur se enfrentó a Elam; venciendo tras dos años de guerra. Un nuevo período de nueve años de paz siguió al conflicto, pasado el cual todos los pueblos seminómadas de los Zagros formaron una coalición que atacó de nuevo al imperio. Fue el sucesor de Shulgi, Amar-Sin quien consiguió sofocar este nuevo conflicto. Entre sus actuaciones destacó la conquista y destrucción de Arbela —Urbilum en sumerio—, a orillas del Zab inferior. El resto de su reinado transcurrió de forma relativamente pacífica, si bien se incrementó la llegada de nómadas procedentes del desierto de Arabia, que se fueron asentando en la zona central de Mesopotamia, o Acad. Así, su sucesor Shusin (2036 a. C.-2028 a. C.) construyó un sistema de fortificaciones de 270 km, llamado muralla de los Martu, que debía detener las incursiones de los Martu o amorreos y de los tidnum (o Ttidanum), otra tribu semita nómada. Ibbisin fue el último soberano de la dinastía. En la frontera occidental, los amorreos traspasaron las barreras cortando los caminos al comercio y arrasando las cosechas. Este destrozo provocó hambrunas en las ciudades centrales del imperio, produciéndose rebeliones y la rendición de muchas de ellas. En esta situación, Shusin dejó el mando de las regiones fronterizas a un funcionario llamado Ishbi-Erra, hasta entonces gobernador de Mari. Tras una derrota del rey contra los elamitas, el mismo Ishbi-Erra se levantó contra el imperio, fundando una dinastía propia en Isín. En 2003 a. C. la propia Ur caía ante los nómadas de los Zagros, que arrasaron la ciudad, saqueando los templos y destruyendo las viviendas. |
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Historia las dinastías Amorritas: El imperio de Ur no fue sucedido por otro Estado que abarcase toda Mesopotamia, pese a lo cual, no parece que éste fuese un período de caos ni destrucción social. Fue Ishbi-Erra, con su reino centrado en Isin, quien consiguió el dominio de gran parte de las ciudades sumerias, en una hegemonía parcial que duraría medio siglo. En los primeros años de su reinado consiguió desarmar a las bandas de bandidos nómadas que impedían el comercio con las regiones de más al norte, tras lo cual se siguió un período de paz que se mantuvo durante el reinado de sus sucesores. Sin embargo, algunas ciudades sumerias no estaban controladas por la dinastía de Isín. A partir del reinado de Lipit-Ishtar, una de ellas empezó a destacar: Era Larsa. El florecimiento de Larsa se hizo evidente hacia el 1930 a. C., cuando el rey Gungunum conquistó Elam y el valle del Diyala. Unos cinco años después, tras conquistar la ciudad de Ur, Gungunum se autonombró «rey de Sumeria y de Acad». Su sucesor Abisare prosiguió la expansión del reino, conquistando las ciudades acadias de Kish y Akusum así como Nippur. Ya en el siglo XIX a. C., el rey Bur-Sin de Isín trató de frenar el avance de Larsa conquistando Ur y Nippur, pero su iniciativa debió fracasar ya que hacia mediados de siglo, Isín había perdido todo territorio más allá de la propia ciudad. Durante esta primera dinastía de Larsa, una ciudad hasta entonces poco importante, Babilonia, fundó un principado en el territorio de Acad, más al norte, que incluía las ciudades de Sippar, Dilbat y Kazallu. En el sur, el control de Larsa tampoco era total y a finales del siglo XIX a. C., durante el reinado de Rim-Sin I, una coalición de ciudades se levantó contra su poder. Entre las ciudades rebeldes se encontraban Uruk, Isín y también Babilonia. Las dos primeras cayeron en 1803 a. C. y 1793 a. C. respectivamente. Un nuevo rey, Hammurabi, llegó al trono de Babilonia mientras Rim-Sin se preparaba para la conquista. El nuevo monarca no sólo impidió los planes de Rim-Sin, sino que le venció totalmente, tras lo cual emprendería la conquista de prácticamente la totalidad de Mesopotamia, formando el llamado Imperio paleobabilónico. |
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Administración: Durante el imperio de Ur se desarrolló una importante burocracia, tal y como se muestra en los cientos de miles de tablillas que se han encontrado que reflejan todo tipo de actividades: contratos, contabilidad, salarios, horarios de trabajo, reservas de provisiones, registro de los impuestos, etc. Este trabajo administrativo era llevado a cabo por funcionarios cuya labor era supervisada por otros funcionarios de mayor rango como el aga-ush (policía),nu-banda (inspector) o mashkim (comisario). Para unificar los registros de las distintas regiones, se creó un sistema de medidas estándar y se ideó un nuevo calendario que definía cada año con algún suceso importante sucedido en él. El territorio estaba dividido en diferentes regiones a cuyo cargo había un gobernador militar o shagin y un gobernador civil o ensi. Las atribuciones de cada uno variaban según las distintas circunscripciones pero en general, el ensi se dedicaba a tareas como la justicia, las ofrendas de los templos y el pago de los salarios. En algunas regiones fronterizas el shagin se encargaba también de tareas agrícolas y de las infraestructuras de riego. Otra parte importante de la administración del Estado fue el sistema de correo, que contaba con un completo sistema de postas y de caminos. Las mercancías eran transportadas por los sukkal, que estaban considerados funcionarios de alto nivel y trabajaban bajo el mando de un sukkalmah, jefe de correo.
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Economía: Al igual que la administración, la economía en el período de Ur estaba fuertemente centralizada. La producción agrícola estaba en gran parte controlada por el Estado, que reservaba una parte importante de la producción al mantenimiento de los templos. Otra parte de esta manutención corría a cargo de las ciudades. Para organizar todas las ofrendas, Shulgi ordenó la construcción de un gran depósito en Drehem, cerca de Nippur. Entre las actividades industriales y manufactureras destacaba la producción textil, que era llevada a cabo principalmente por mujeres. En general, los artesanos pertenecían a la clase de los eren, formada en gran parte por esclavos de guerra. En el período de Ur, gran parte de estos esclavos eran de procedencia elamita, dadas las numerosas guerras vividas entre ese pueblo y los sumerios. Pese a que los eren tenían menos libertad jurídica que otras clases, su situación podía mejorar según cuales fuesen sus habilidades. Entre las actividades comerciales destacaba la importación de metales, a la que se sumaba el comercio de marfil, piedras preciosas y maderas. Gran parte de estos materiales provenían de la ruta del golfo Pérsico, con origen en Magan (en el actual Omán) y el valle del Indo. El cobre también se obtenía de la península de Anatolia y la plata provenía del Elam. El método de intercambio seguía basándose principalmente en el trueque, en el que Mesopotamia aportaba bienes como telas, lana o dátiles. Sin embargo en este período también comienza a popularizarse el uso del dinero.
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Sociedad: Durante el período de Ur III, a las distinciones sociales basadas en los derechos legales del ciudadano, que distinguían entre esclavos y hombres libres, se reafirmó una nueva división según el estatus económico de cada individuo. Así, entre los hombres libres se distinguían entre los mashda o posteriormente mushkenum y los dirigentes de la sociedad, mientras que la clase inferior no era específicamente la de los esclavos si no la de loseren, formada por todo tipo de trabajadores que compartían su baja capacidad económica. Los eren podían ser o no esclavos, pero igualmente carecían de muchos derechos, como la libertad de desplazarse sin permiso de su supervisor. La esclavitud, sin embargo, no iba asociada necesariamente a una forma de vida humilde, ya que dentro de los esclavos se distinguían a su vez varios tipos. Los ir o geme se dedicaban al trabajo doméstico y de servicio, y su labor no era generalmente más pesada que la de los ciudadanos con mayores derechos jurídicos. Parte de los miembros de esta clase provenían de familias pobres, habiendo sido entregados por sus padres para asegurarles una mejor situación económica. Sin embargo otro grupo de esclavos, denominados namra, sufrían una situación más precaria. Los namra eran generalmente prisioneros de guerra, y pertenecían en su totalidad a la clase de los eren. Las tareas que realizaban, generalmente más pesadas que las de otros grupos, incluían la construcción de infraestructuras o incluso tareas militares.
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Primer Imperio Babilónico o Amorreo |
Generalidades: Babilonia fue un antiguo imperio localizado en la región central-sur de Mesopotamia, teniendo su epicentro en la ciudad de Babilonia y que llegó a extenderse por Acad y Sumeria, arrebatando la hegemonía a las dinastías amorritas de Isín y Larsa del llamado Renacimiento sumerio. Su historia se divide en dos etapas principales, separadas entre sí por el período de dominación asiria; el imperio paleobabilónico o amorrita (1792 a. C.–1595 a. C.) y el imperio neobabilónico o caldeo (626 a. C.–539 a. C.). El imperio babilónico fue sucedido por elpersa tras las conquistas de Ciro II el Grande. En Babilonia se hablaba el acadio (lengua semítica) y mantuvo el lenguaje escrito acadio para uso oficial (el idioma de su población nativa), a pesar de sus fundadores, los amorreos y sus sucesores los casitas, que no tenían el acadio como idioma nativo. Sin embargo, conservó la lengua sumeria para un uso religioso, a pesar de que en el momento en que fue fundada Babilonia, probablemente ya no era una lengua hablada. Las antiguas tradiciones acadias y sumerias jugaron un papel importante en la cultura babilonia (y Asiria), y la región seguirá siendo un importante centro cultural, incluso en períodos prolongados y largos de gobiernos externos.
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2000 a 1.500 AC Aproximadamente |
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Etimología y referncias históricas: La etimología de Babilonia deriva del término griego Babylon, la forma griega del acadio Babilum, esto es, "La Puerta de Dios", traducido. En la Biblia es llamada Babel. Entre las fuentes históricas que se han recuperado sobre Babilonia destacan: Heródoto (siglo V a. C.), "Padre de la historia" que en su Historiae o Los nueve libros de historia la menciona en sus libros 1 y 3. Entre otras, narra el matrimonio sagrado de una sacerdotisa con un dios, celebradas en un zigurat, mediante un ritual para asegurar la prosperidad del lugar. Sobre sus murallas, decía que eran tan anchas en su superficie, que un carro tirado por ocho caballos podía darse la vuelta. Beroso el caldeo (siglo III a. C.), sacerdote babilónico, que en su crónica en griego Babiloniaka, nos ha dejado una historia de Babilonia, aunque sólo se han conservado citas. El Antiguo Testamento, en donde se habla, entre otras, del relato de la construcción y derrumbe de la torre de Babel, de una de las Siete maravillas del mundo antiguo, sus Jardines colgantes o del pueblo judío en su destierro babilónico. Plinio el Viejo (siglo I), en su obra Naturalis Historia, hablaba de Babilonia, por su sistema de regadío como el "ager totius orientis fertilissimus", "la tierra más fértil de todo el Oriente".
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Historia el Imperio Amorreo o Paleobabilónico: Los amorreos se establecieron entre los ríos Tigris y Éufrates, haciéndose sedentarios y mezclándose con la población sumeria, como consecuencia subirían al poder dinastías de origen amorrita en distintas ciudades del centro y sur de Mesopotamia. La más importante en Babilonia, ya que el propio Hammurabi sería amorreo. A los inicios del imperio paleobabilónico la población era pues una mezcla acadio-amorrita. Los amorreos que se mantuvieron nómadas, fueron contenidos fácilmente al principio pero conforme el imperio de Ur III fue perdiendo su poder, estos se fueron volviendo más peligrosos. Con la caída de Ur III y acabada la época de dominio sumerio, empieza una época en la que los semitas obtendrían la mayor importancia a través de pueblos como los acadios o los amorreos. Los elamitas apenas disfrutaron su conquista. Los mayores ganadores de la caída de Ur fueron primero los acadios del reino de Isín y después los amorreos, que en un siglo llenarían Mesopotamia de reinos, quedando lo que fue el imperio de Ur fragmentado en numerosos reinos amorreos y acadios cuyas capitales serían ciudades que hasta ese momento habían tenido poca importancia. En la alta Mesopotamia, la ciudad de Assur con los reyes de origen amorreo comenzará a ganar importancia tras vencer en una guerra por el control de las rutas comerciales a Eshnunna y Mari. Situada a ambas orillas del Éufrates, la ciudad de Babilonia mantuvo en su origen una posición moderada, bajo la sombra de la cercana y más poderosa Kish. Comenzó a cobrar importancia con la llegada de los amorreos entre el 2000 y el 1800 a. C., que se erigieron reyes de la ciudad. Los amorreos, también semitas, se adaptaron fácilmente a la lengua acadia, propiciando el declive del sumerio. También se amoldaron con facilidad al panteón mixto sumerio-acadio, rindiendo culto a Marduk, deidad protectora de la ciudad. En torno al 1782 a. C. llegó al trono el sexto miembro de esta dinastía, Hammurabi. En este tiempo al norte y sur de la ciudad se encontraban los territorios de las ciudades de Assur (que dará nombre a Asiria) y Larsa, más poderosas pero con monarcas envejecidos. En 1763 AdC Hammurabi venció a Rim-Sin de Larsa, apoderándose de la parte sur de Mesopotamia. En 1755 a. C. tomó igualmente Asus, haciéndose con el poder de todo el valle de los ríos Tigris y Éufrates. Con el triunfo de Babilonia sobre el resto de Mesopotamia, también su dios principal, Marduk, fue alzado a la cabeza del panteón de dioses locales.
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Historia el Imperio Amorreo o Paleobabilónico: Hacia el 1800 a. C. comenzaron a producirse una serie de invasiones nómadas provenientes del norte del Cáucaso y de Escitia. El ataque por parte de nómadas a la región había sido una constante durante los siglos anteriores, pero con la domesticación del caballo y su utilización para el tiro de carros de guerra, los nómadas consiguieron una ventaja militar que les permitió penetrar en la zona. Uno de estos grupos fueron los hurritas, que ocuparon gran parte del territorio que Asiria había conquistado durante el reinado de Shamshi-Adad I, fundando el reino de Mitani hacia el 1500 a. C. y haciendo a los asirios subsidiarios suyos. También se extendieron por Canaán, donde fundaron algunos reinos, llegando hasta el Antiguo Egipto, donde conquistaron la parte norte y fueron conocidos como hicsos. Otro de estos grupos fueron los hititas, que se establecieron en la parte oriental de Anatolia a partir del 1700 a. C. fundando el conocido como Antiguo Reino. La lengua hitita era de origen indoeuropeo, lo cual no les impidió adoptar la escritura cuneiforme de los acadios. Durante los años siguientes, hititas y hurritas se enfrentaron en el norte de Mesopotamia. En torno al 1600 a. C., durante el reinado del rey Mursil I los hititas derrotaron a los hurritas, dominando Asiria y haciendo incursiones en Babilonia, a la cual redujeron hasta las dimensiones anteriores a la conquistas de Hammurabi. Este periodo coincidió con la entrada de los nómadas casitas provenientes de los montes Zagros, quienes aprovecharon el debilitamiento de Babilonia para atacarla. Finalmente tomaron la ciudad en 1595 a. C.
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Historia la Babilonia de los Casitas: Los casitas no tardaron en adoptar la lengua y la religión del territorio que ocuparon, restaurando incluso el templo de Marduk de Babilonia. Hacia 1330 a. C. reconstruyen Ur. Mientras, los antiguos invasores nómadas siguieron siendo expulsados del resto de los territorios. Así, hacia 1580 a. C. los nativos egipcios derrotaron a los hicsos del bajo Egipto y continuaron su avance más allá del Sinaí, derrotando durante el reinado de Tutmosis III a una confederación de ciudades cananeas en la batalla de Megido, en 1479 a. C. Posteriormente siguieron hacia el norte, derrotando al reino de Mitanni, al cual obligaron a rendir tributo. Tras la muerte de Tutmosis III, Egipto perdió fuerza en el norte, resurgiendo los hititas, que formarían hacia 1375 a. C. el llamado Nuevo Reino. En Asiria, Ashur-uballit I llegó al trono en 1365 a. C. y emprendió una serie de reformas hasta constituir el llamado Primer imperio Asirio. Su sucesor atacó Mitani, saqueando su capital en el siglo XVI a. C. y conquistando el resto del territorio en los 30 años siguientes. En 1274 a. C. subió al trono asirio Salmanasar I, quien emprendió una serie de conquistas hacia el oeste, llegando hasta la frontera del reino hitita. Su sucesor Tukulti-Ninurta I amplió las fronteras por el norte, penetrando en el Cáucaso y por el este, hacia los montes Zagros. Finalmente, el monarca asirio se dirigió hacia el sur, hacia los territorios administrados por los casitas, entre los que se encontraba Babilonia. Los casitas fueron vencidos, siendo obligados a pagar tributos al rey de Asiria. Hacia 1200 a. C. comenzaron a llegar oleadas de unos nuevos invasores provenientes del Mediterráneo. Fueron conocidos como Pueblos del Mar y su presencia se sintió prácticamente en todas las regiones del Mediterráneo oriental. El pueblo que más afectado se vio por estas invasiones fueron los hititas, cuyo imperio, previamente debilitado por la expansión asiria, fue completamente destruido por ellas. Los Pueblos del Mar también dañaron tanto a Egipto como a Asiria, por lo que Babilonia y especialmente el reino de Elam –en el extremo oriental de Mesopotamia– se vieron beneficiados. Los elamitas aprovecharon la situación marchando hacia el oeste, tomando Babilonia y las ciudades vecinas. En 1174 a. C. se llevaron de la ciudad las tablillas que contenían el código de Hammurabi y la estela de Naram-Sim. 1124 a. C. fue el año que vio el fin de la dinastía casita, con la toma del poder por un nativo babilonio, que será llamado Nabucodonosor I. El nuevo rey derrotó a los elamitas, iniciando un breve período de independencia para la región.
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Historia el dominio Asirio: Hacia el 1300 a. C. en las montañas del Cáucaso se desarrolló un nuevo tipo de metalurgia, la del hierro. Durante ese período la región había sido controlada por los hititas, pero con su caída, el manejo del nuevo metal pasa a los asirios. Es posible que el dominio de esta nueva técnica contribuyese a las posteriores victorias militares de los asirios, al dotarles de armas más resistentes que sus pueblos vecinos y proporcionarles un bien valioso con el que comerciar. Siendo o no así, en 1115 a. C. llegó al trono asirio Teglatfalasar I, quien emprendió una campaña de conquistas hasta recuperar el territorio poseído durante el reinado de Tukulti-Ninurta I. En 1103 a. C. atacó y venció a Nabucodonosor I de Babilonia. Hacia el siglo XII a. C. un nuevo pueblo semita emergió del desierto de Arabia, fueron los arameos. Durante el reinado de Teglatfalasar I, Asiria consiguió mantenerlos fuera de sus fronteras, pero tras su muerte, los arameos comienzan a penetrar en el país, debilitándolo durante el siglo y medio siguiente. Esta situación fue aprovechada por los pueblos cercanos para fortalecerse. Es el período de auge de los reinos de Israel –reinado del rey David– y de Damasco. El 911 a. C. Adad-nirari II ascendió al trono de Asiria, quien tras reorganizar el ejército consiguió derrotar a los principados que los arameos habían fundado. A este rey le sucedió Tukulti-Ninurta II, quien sólo reinó cinco años. Durante este período se incrementó la explotación y los suministros de hierro disponibles, lo cual permitió equipar completamente al ejército con armas de este metal. Otro factor decisivo fue el desarrollo de maquinaria de asedio, como el ariete, que permitió el derribo de murallas y por tanto acabó con la necesidad de organizar largos asedios para tomar las ciudades. Todos estos avances los aprovechó Asurnasirpal II quien consiguió derrotar definitivamente a los principados arameos, llegando hasta el Mediterráneo. Su sucesor, Salmanasar III, también contó con esta ventaja, pero sus fuerzas estuvieron divididas en tantos frentes que no consiguió infligir ninguna derrota definitiva a sus enemigos. Sus principales oponentes fueron el reino de Urartu –situado al norte del Imperio asirio, en torno a la actual Armenia–, la tribu semítica de los caldeos –proveniente de Arabia– y los medos, de origen indoeuropeo. Estos últimos introdujeron en la región un tipo de caballo, posiblemente conseguido mediante crianza, de mayor tamaño y fuerza, de forma que podían ser cabalgados por una persona. Este avance se expandió rápidamente, llegando a Asiria al tiempo que los nuevos pueblos.
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Historia el dominio Asirio: Antes de la muerte de Salmanasar III su hijo mayor se rebeló tratando de tomar el trono, llegando esta revuelta hasta la muerte del rey, tras la cual será su hijo menor –Shamshi-Adad V– el que hereda el trono y derrota a su hermano. Tras su muerte su hijo Adadnarari III, aún un niño, recibe el título, pero debido a su edad será la mujer del rey, Semíramis, la que gobierne como regente. Este fue un período de estancamiento para Asiria y de reforzamiento para los reinos que la rodeaban. Así, Urartu alcanzó su apogeo en el reinado de Argistis I (778 a. C. - 750 a. C.) y el reino de Israel vivió un nuevo período de prosperidad con el reinado de Jeroboam II. Está situación se extendió por los reinados de Salmanasar IV, Ashur-Dan III y Ashur-nirari V, terminando al producirse un levantamiento militar que culminará con el nombramiento de una nueva dinastía y un nuevo rey, Tiglath-Pileser III, quien tras reorganizar el ejército se dispuso a conquistar los reinos vecinos. Derrotó a los medos en el este, obligándoles a rendir tributo a Asiria. En el oeste, terminó con el período de independencia de los reinos locales, haciendo vasallo a Israel y conquistando el reino de Damasco. En el norte conquistó la mitad meridional de Urartu. Y en el Sur, en Babilonia, aprovechando una disputa dinástica de la dinastía caldea, se hizo con el título de rey. A Tiglath-Pileser III le sucedió Salmanasar V, quien aparte del trono de Asiria heredó también el de Babilonia. El nuevo rey duró cinco años pues en 722 a. C. fue depuesto en una revuelta que terminó con la joven dinastía. El nuevo rey, tal vez un general, se dio el nombre de Sargón II (en acadio rey legítimo) por lo que él y sus sucesores fueron llamados Sargónidas. Con los Sargónidas Asiria vivió una etapa de esplendor militar, pero las continuas guerras y rebeliones, pese a ser sofocadas, iban socavando la economía de la región. Este período correspondió con la entrada de los cimerios en la región, provenientes de Escitia, al norte del mar Negro. Atacaron lo que quedaba de Urartu, lo que fue aprovechado por Sargón II para invadir el país. Ante esto, Urartu tuvo que aceptar rendir vasallaje a Asiria, junto a la cual consiguió derrotar a los nómadas.
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Historia el dominio Asirio: En Babilonia, un noble local aprovecho la guerra en el norte para autoproclamarse rey, haciéndose llamar Marduk-apal-iddina II (llamado en la Biblia Merodac-Baladán). Conservó el título durante diez años, hasta que los asirios pudieron marchar hacia el sur y deponerlo, siendo enviado al exilio en 711 a. C. y recuperando Sargón II el título. Tras la muerte de éste, su sucesor, Senaquerib, tuvo que enfrentarse a una nueva rebelión en Babilonia, esta vez auspiciada por los elamitas. Para derrotarlos ideó una ingeniosa campaña. En vez de atravesar Babilonia hasta llegar a Elam, mandó construir una flota en la parte superior del Éufrates, y la dirigió río abajo, hacia su desembocadura en el golfo Pérsico. Una vez allí, navegó y desembarcó directamente en Elam. Pero los elamitas idearon un contraataque igual de ingenioso. En vez de combatir contra el ejército asirio se dirigieron hacia el territorio de estos, pasando por Babilonia, y dejando sus tierras defendidas por unos pocos hombres. Ante esta situación, el ejército asirio no podía más que volverse. Senaquerib entonces se dirigió a Babilonia, la conquistó y la destruyó en 689 a. C. La destrucción fue prácticamente completa y sólo los esfuerzos de su sucesor, Asarhaddón, permitieron su reconstrucción. Durante el reinado de éste el Imperio asirio se mantuvo y llegó a su máxima extensión. Se emprendieron una serie de campañas, principalmente hacia Egipto, logrando los asirios saquear la ciudad de Memphis. Tras la muerte de Asarhaddón le sucedió su hijo menor, Asurbanipal y su reinado estuvo marcado tanto por las guerras contra cimerios y elamitas –a quienes derrotó completamente destruyendo Susa en 639 a. C. –, como por la construcción de la biblioteca de Nínive. Durante el final de su reinado, llegó al trono de Babilonia Nabopolasar, aún como vasallo, pero tras la muerte del rey Babilonia declaró su independencia.
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Historia el Imperio Caldeo o Neobabilónico: La independencia de Babilonia supuso de inmediato la guerra entre ésta y Asiria. Coincidiendo con la rebelión en el sur, al noroeste, un jefe medo llamado Ciáxares consiguió unificar bajo su mando un grupo de tribus medas y escitas. Ciáxares firmó una alianza con Nabopolasar, sellándola con el matrimonio entre su hija y el hijo del rey babilonio en el 616 a. C. De esta forma, medos desde el norte y caldeos desde el sur, atacaron conjuntamente Asiria, quien, viéndose rodeada, firmó una alianza con sus antiguos enemigos de Egipto. La ayuda egipcia no llegó a tiempo. En 614 a. C. cayó la ciudad de Assur y, finalmente, en 612 a. C. medos y caldeos tomaron la capital asiria, Nínive, la cual fue saqueada de tal forma que no quedaron más que ruinas. La caída asiria fue celebrada por los reinos anteriormente sometidos. Así la Biblia lo relata: Se han abierto las puertas de los ríos, y el templo ha sido arrasado. Ha sido llevada cautiva su reina y las mujeres conducidas a la esclavitud [...] Y Nínive con las aguas ha quedado hecha una laguna [...] Devastada ha quedado ella, y desgarrada y despedazada [...] ¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, llena toda de fraudes y extorsiones, y de continuas rapiñas! Tras la caída de Nínive, el ejército asirio resistió unos años más en la ciudad de Harrán. El ejército egipcio, entretenido en una campaña contra los judíos, no llegó a tiempo de rescatar la ciudad, que cayó finalmente en 605 a. C. Tras la derrota asiria, el ejército babilonio, marchó a por el egipcio. Al mando ya no estaba Nabopolasar, quien había enfermado, si no su hijo, que sería conocido como Nabucodonosor II. Se enfrentó a los egipcios en la Batalla de Karkemish, derrotándoles completamente. Esta batalla supuso que toda la región de Canaán quedase bajo control caldeo. A partir de este momento nace el llamado Imperio babilónico o caldeo, que dominará una extensión de terreno tan importante como su predecesor, el Imperio asirio.
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Historia el Imperio Caldeo o Neobabilónico: El dominio de Canaán no estuvo exento de problemas. Los egipcios alentaron las revueltas locales y se sucedieron los levantamientos de los reinos y ciudades-estado de la región. Así, en el 598 a. C. el reino de Israel se rebela. Es derrotado y algunos líderes de la rebelión son enviados al exilio, llegando al trono un nuevo rey, Sedecías. Esto no impidió que se produjeran nuevas rebeliones, y en 587 a. C. el pueblo de Israel, cuyo rey estaba siendo alentado por los egipcios, vuelve a levantarse en armas. Este periodo coincide con la actividad del profeta Jeremías, que según dice la Biblia pidió al rey judío la rendición ante los caldeos, profetizando en caso contrario la destrucción de Jerusalén: Dijo, pues, Jeremías a Sedecías: Esto dice el señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Si te sales y te pones en manos de los oficiales del rey de Babilonia, salvarás tu vida, y esta ciudad no será entregada a las llamas, y te pondrás en salvo tú y tu familia. Pero si no vas a encontrar a los oficiales del rey de Babilonia, será entregada la ciudad en poder de los caldeos, los cuales la abrasarán y tú no escaparás de sus manos. Fueron de nuevo derrotados, y en esta ocasión la represión fue más dura: según el mismo Jeremías, los babilonios, a su entrada a la ciudad, mataron a la familia de Sedecías y a él le sacaron los ojos y le condujeron al exilio a la ciudad de Babilonia. También al exilio fue enviada el resto de la población, tanto nobles como plebeyos. Sin embargo a los pobres se les mantuvo en libertad, concediéndoles tierras. La ciudad de Jerusalén fue arrasada y el palacio real, las viviendas y las murallas destruidas. Otro foco de insurrección en el oeste fue la ciudad de Tiro, situada entonces en una isla –hoy península– a orillas del Mediterráneo, en el actual Líbano. Nabucodonosor II envió allí su ejército, que se situó en la costa, frente a la isla, y levantó un asedio. Sin embargo, la superioridad naval tiria hizo inútil el sitio, que duró trece años, tiempo tras el cual se firmó una paz, consistente en el vasallaje de la ciudad.
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Historia el Imperio Caldeo o Neobabilónico: Durante la segunda mitad de su reinado, Nabucodonosor II se dedicó a embellecer la ciudad de Babilonia, convirtiéndola en la mayor metrópoli de su época. Así la describió Heródoto un siglo después: La Asiria tiene muchas y grandes ciudades, pero de todas ellas la más famosa y fuerte era Babilonia, donde existía la corte y los palacios reales después que Nino [Nínive] fue destruida. Situada en una gran llanura, viene a formar un cuadro, cuyos lados tienen cada uno de frente ciento veinte estadios, de suerte que el ámbito de toda ella es de cuatrocientos ochenta. Sus obras de fortificación y ornato son las más perfectas de cuantas ciudades conocemos. Primeramente la rodea un foso profundo, ancho y lleno de agua. Después la ciñen unas murallas que tienen de ancho cincuenta codos reales, y de alto hasta doscientos, siendo el codo real tres dedos mayor del codo común y ordinario. De esta etapa datan algunos de los monumentos más célebres de la ciudad mesopotámica. Es el caso de la Puerta de Istar, o de los Jardines colgantes de Babilonia. Nabucodonosor muere en el 562 a. C., siendo sucedido por su hijo Evilmerodac (Amel-Marduk) quien a los dos años fue víctima de una conspiración siendo depuesto por su cuñado, que se hizo llamar Neriglisar (Nergal-sharusur). Cuatro años después moría el nuevo rey, siendo sucedido por su hijo Labashi-Marduk, cuyo reinado acabó ese mismo año al ser víctima de una conspiración, acabando así la dinastía iniciada por Nabopolasar. Tras esto fue puesto el trono Nabu-naid, más conocido como Nabónido, quien relegó las tareas militares en su hijo Balâtsu-usur (en acadio: Baal protege al rey), más conocido como Baltasar o Belsasar. Mientras tanto, el monarca se dedicó a tareas culturales, recopilando y estudiando antiguas escrituras.
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Historia el fin del Imperio Babilónico (la conquista Persa): Durante el reinado de Nabónido, en la vecina Media se sucedió la inestabilidad. Un nuevo jefe llegó al principado de Anshan, vasallo del reino medo. Se hizo llamar Ciro II de Anshan, más conocido como Ciro el Grande. En 559 a. C. el nuevo rey se declaró independiente de Media, lo que supuso la guerra. No sólo consiguió mantener la independencia del principado, sino que en 550 a. C. tomó la capital meda, Ecbatana, convirtiéndose así en el nuevo monarca de toda la región. A continuación Ciro se lanzó a la conquista del reino de Lidia, en Asia menor, cuya conquista completó en el 547 a. C. Durante estas campañas Nabónido de babilonia se mantuvo inactivo. Sin embargo, tras la caída de Lidia, buscó la alianza de Egipto contra el posible invasor. Ésta resultó inútil y en 539 a. C. Ciro se encontraba atacando la capital babilonia. La caída de la ciudad fue narrada posteriormente por el historiador griego Heródoto: En medio de su apuro, ya fuese que alguno se lo aconsejase, o que él mismo lo discurriese, [Ciro] tomó esta resolución. Dividiendo sus tropas, formó las unas cerca del río en la parte por donde entra en la ciudad, y las otras en la parte opuesta, dándoles orden de que luego que viesen disminuirse la corriente en términos de permitir el paso, entrasen por el río en la ciudad. Después de estas disposiciones, se marchó con la gente menos útil de su ejército a la famosa laguna, y en ella hizo con el río lo mismo que había hecho la reina Nitocris. Abrió una acequia o introdujo por ella el agua en la laguna, que a la sazón estaba convertida en un pantano, logrando de este modo desviar la corriente del río y hacer vadeable la madre. Cuando los persas, apostados a las orillas del Éufrates, le vieron menguado de manera que el agua no les llegaba más que a la mitad del muslo, se fueron entrando por él en Babilonia. Si en aquella ocasión los babilonios hubiesen presentido lo que Ciro iba a practicar o no hubiesen estado nimiamente confiados de que los persas no podrían entrar en la ciudad, hubieran acabado malamente con ellos. Porque sólo con cerrar todas las puertas que miran al río, y subirse sobre las cercas que corren por sus márgenes, los hubieran podido coger como a los peces en la nasa. Pero entonces fueron sorprendidos por los persas; y según dicen los habitantes de aquella ciudad, estaban ya prisioneros los que moraban en los extremos de ella, y los que vivían en el centro ignoraban absolutamente lo que pasaba, con motivo de la gran extensión del pueblo, y porque siendo además un día de fiesta, se hallaban bailando y divirtiendo en sus convites y festines, en los cuales continuaron hasta que del todo se vieron en poder del enemigo. De este modo fue tomada Babilonia la primera vez. Con la conquista persa terminó la historia de Babilonia como reino independiente. Otros rebeldes y jefes locales posteriores tomarían el título de Rey de Babilonia, pero no se trató más que de actos ceremoniales o de rebeldía frente al poder central.
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Babilonia en los textos bíblicos: Según la Biblia, Babilonia fue fundada por Nemrod, quien también construyó el zigurat conocido como la famosa Torre de Babel. Así se cita: Cus engendró también a Nemrod: éste comenzó a ser prepotente en la tierra. Era un cazador forzudo delante del Señor. De ahí vino el proverbio: Como Nemrod, forzudo cazador ante el Señor. Y el principio de su reino fue Babilonia y Arac y Acar y Calanne, en la tierra de Sennaar. De este país salió Assur, el que fundó a Nínive, Rejobot-Ir y Kalah. En este periodo la lengua predominante en la región era el acadio, que había sido llevado a la región en las invasiones semíticas que se produjeron en torno al 3000 a. C. Poco a poco fue sustituyendo al idioma sumerio durante los siglos siguientes, especialmente durante las conquistas de Sargón I de Asiria siete siglos después.
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Tecnología Babilónica: Los babilonios heredaron los logros técnicos de los sumerios en riego y agricultura. El mantenimiento del sistema de canales, diques, presas y depósitos construidos por sus predecesores necesitaba de un considerable conocimiento y habilidad de ingeniería. La preparación de mapas, informes y proyectos implicaban la utilización de instrumentos de nivelación y jalones de medición. La matemática asirio-babilónica utilizaba el sistema de numeración sexagesimal sumeria que, al ser un sistema de notación posicional (muy parecido al actual sistema decimal, pero en base 60), facilitó el desarrollo de un álgebra y aritmética tempranas; de aquí se derivan por ejemplo la división del círculo en 360 grados, o la de una hora en 60 segundos. Continuaron utilizándose las medidas de longitud, área, capacidad y peso normalizadas anteriormente por los sumerios. La agricultura era una ocupación complicada y metódica que necesitaba previsión, diligencia y destreza. Un documento escrito en sumerio, aunque utilizado como libro de texto en las escuelas babilónicas, resulta ser un verdadero almanaque del agricultor, y registra una serie de instrucciones y direcciones para guiar las actividades de la granja, desde el riego de los campos hasta el aventamiento de los cultivos cosechados. Los artesanos babilonios eran diestros en metalurgia, en los procesos de abatanado, blanqueo y tinte, y en la preparación de pinturas, pigmentos, cosméticos y perfumes. En el campo de la medicina, se conocía bien la cirugía y se practicaba frecuentemente, a juzgar por el Código de Hammurabi, que le dedica varios párrafos. También se desarrolló la farmacopea, aunque la única prueba importante de ello procede de una tablilla sumeria escrita algunos siglos antes del reinado de Hammurabi. |
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