top of page

 

ESTUDIO DEL APOCALIPSIS VIII

 

CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA. LA NUEVA JERUSALÉN. LA VENIDA DE CRISTO ESTÁ CERCA. 

 

Aparece en escena la “nueva creación”. Las cosas viejas han sido “sustituidas” por las nuevas. 

"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda." Apocalipsis 21:1-8

En esta nueva creación, no existe el mar desde el punto de vista de la hostilidad hacia los hombres, aunque si habrá masa de agua para diversión de los hombres. 

A continuación, Juan ve una ciudad a la que llama “nueva Jerusalén” que se instala sobre la nueva creación. 

Es una ciudad hecha por la mano de Dios para que vivan todos los habitantes del cielo. 

La ciudad está limpia, adornada, resplandeciente, como una “novia” el día de la boda. Como el día que entras por primera vez en una vivienda de nueva construcción. 

En esa ciudad, todo será felicidad; no habrá muerte ni dolor, ni angustia, porque todo esto ha pasado ya. No pertenece al nuevo orden. 

En el versículo 6, el que está sentado en el trono dice: ”Hecho está. Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin”. 

“Hecho está”. Así quería yo que fueran las cosas cuando creé la humanidad. Por fin se ha establecido el orden que buscaba. 

“Yo soy el alfa y la omega”; Esto ha ocurrido porque yo soy soberano; tengo el control absoluto de todas las cosas. 

“Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida”. Nos recuerdan esas palabras a las de Jesús a la Samaritana; “Si conocieras el Don de Dios y quien es el que te dice dame de beber; tu le pedirías y él te daría agua viva, y no tendrías sed jamás”. 

Es un llamado al arrepentimiento al lector para que se convierta y se salve. 

Continúa el Señor dirigiéndose al lector; “el que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo”. 

Ocho veces se hacen promesas en el Apocalipsis “Al que venciere” porque es un libro para valientes en medio de persecución y tiempos difíciles. 

Todo será para él; lo heredará todo, ya que yo soy su Padre y lo mío es suyo. 

Esto en contraste con los que se pierden: Cobardes, incrédulos, abominables, homicidas, fornicarios, hechiceros, idólatras, mentirosos. Tendrán su parte en el lago de fuego y azufre que es la muerte segunda; el infierno creado para ser habitado en ese momento. 

Continúa la escena. En el versículo 2 Juan veía como la nueva Jerusalén descendía del cielo, donde se encontraba. 

"Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. 12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. 14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero." Apocalipsis 21:9-14

Ahora un ángel lo lleva a la tierra a un monte alto y ve como esta nueva Jerusalén se asienta en su emplazamiento final. 

La esposa del cordero habita en esa ciudad; es el cielo; muestra morada eterna. 

La ciudad es brillante porque está llena de la Gloria de Dios y sus reflejos son como los de un brillante iluminado. Dios es el gran arquitecto y diseña una ciudad lujosa y preciosa. 

Tenía un muro alto de 65 m de altura rodeándola, no para protegerse de nadie, sino como señal de que hay protección de Dios para los que la habitan. 

En las puertas, 12 en total, están ángeles guardianes y sobre las puertas los nombres de las tribus de Israel, y en los cimientos los nombres de los Apóstoles. 

Esto significa que en la ciudad pueden entrar los escogidos de Israel y de los gentiles los ángeles aseguran que la salvación es “personal” ya que identifican individualmente a todo el que entra. Es una metáfora. 

Las dimensiones de la ciudad son impresionantes; un cuadrado de 12,000 estadios de lado; es decir, 2200 Km. 

"El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. 18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; 19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio. 22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. 25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. 26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. 27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero."  Apocalipsis 21-15-27

Esto significa una superficie como 4 veces España y Portugal aproximadamente. 

La altura de la ciudad es también de 2400 km lo que indica edificios altos y muchos niveles para que habiten todos los salvos de toda la historia de la humanidad. 

El material de las construcciones no es conocido por Juan; lo compara en su calidad al oro puro y en su aspecto al vidrio limpio; transparente para dejar pasar la luz. 

El muro de la ciudad estaba adornado de piedras preciosas. En la Biblia se dice cuales son y tienen un simbolismo detrás de ellas, aunque no se conoce a ciencia cierta. 

Y las puertas de la ciudad eran perlas y estaban siempre abiertas, porque en esa ciudad nunca habrá noche. 

El muro tiene 56 m de altura, así que las puertas serán también inmensas, indicando el libre y amplio acceso de los salvos a la ciudad. 

Hay una calle inmensa atravesando la ciudad. Una recta interminable, como en algunas ciudades; Avda.del Parallel en Barcelona o los Campos Elíseos en París. 

Esta calle es de oro (seguramente las demás también) y la atraviesa un río. 

El propio Dios reside en la ciudad y no hay necesidad de templo porque Su gloria lo ilumina todo. 

El río es el del “agua de la vida”, lo que representa la plenitud de la vida, alegría, gozo, eternidad que son dadas por “Dios y el Cordero”, ya que fluye desde su propio trono, ahora compartido. 

El árbol de la vida es tan grande que el río pasa a través de él. Es el mismo árbol que estaba en el centro del Jardín del Edén. El hombre tenía acceso a él hasta que el pecado lo expulsó del Paraíso. 

El árbol de la vida da una cosecha cada mes del año, lo cual es insólito en los árboles de la tierra y sus hojas pueden compararse con la vitalidad y eternidad de los que habitan en la ciudad. 

Todos los que beben del río de la vida, como el propio árbol, disfrutan de la vitalidad y bendición sin medida y eterna. 

Y en esa ciudad podemos ver al cordero, a Jesús cara a cara y el nombre secreto del Señor, el cual solo él conoce y que trae escrito el Jinete del Caballo blanco (Jesús) en su Segunda Venida en nuestra frente.

En contraste con los “marcados” durante la tribulación, ahora el Señor “marca” a los suyos con su nombre. Esto indica “propiedad”. Algo parecido se hacía con los esclavos en la antigüedad. 

La venida del Cristo está cada vez más cerca. 

"Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. 7 !!He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. 8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. 10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. 12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. 15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. 16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. 17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. 18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. 20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén."  Apocalipsis 22:6-21 

En lenguaje irónico el Señor dice a los hombres que si no cambian de actitud rápidamente y continúan con su forma de vida, les sorprenderá en su segunda venida, y desde luego el arrebatamiento. 

Una invitación al arrepentimiento; “lavar vuestras ropas para tener derecho al árbol de la vida” 

Todavía es el tiempo. Como dijo el Señor; “He aquí yo estoy a la puerta y llamo”. Bienaventurados los que lavan sus ropas 

Cristo viene, y solo aquellos que hayan puesto su fe en él para Salvación podrán disfrutar de sus eternas bendiciones.

bottom of page